Abrir el corazón a dos criaturas inocentes, a raíz de la primera boda de las tres, a la que asistieron y donde conocimos a dos niños que nos ganaron a nosotros y a todos los presentes.
Atrás y en segundo plano quedó el abandono de la propia sangre, para dar una oportunidad a quienes de nada eran responsables. Esa oportunidad, que se ganaron, como debe ser y debe darse a todo ser humano, más aún si ha sido desposeído por la deriva de la precariedad y la injusticia que excluye de la dignidad y lamina las oportunidades de quien nada tiene.
AQUELLA NOCHE
- ¿Qué has hecho, papá?
- Pero... ¡¿cómo le dices eso?!
- Todos lo pensamos. Y que terminaría en tragedia una de las veces, también lo llevamos pensando hace tie...
- ¡¡¡Calla!!! ¡No es el momento!
- Claro que no es el momento, que alguien coja el auricular, voy saliendo para Aranda.