Él tomó la iniciativa, arrastrándola dentro del office y cerrando la puerta tras de ellos.
Pero una vez a solas, ella le puso rápidamente la mano en la bragueta para palpar su erección. Excitada al notarle la polla tan dura, primero sonrió al muchacho lascivamente, con los ojos muy abiertos mostrando su sorpresa y agrado, para después susurrarle al oído que quería chupársela, lamerle suave la punta.
Él no pudo reprimir una carcajada, ahogada con la mano, a tiempo de no ser demasiado ruidosa para ser descubiertos...
<<"Cielo, me encantaría que me lo hicieras, quiero. Pero nada me gustará tanto como follarte por detrás y hacerte correr sobre la máquina de hielo."
"¡Joder, joder, joder! ¡házmelo ya, por favor!" >>
Atropellados pero sin quitarse ojo, entre miradas de fuego, conscientes del poco tiempo hasta que probablemente llegase alguien o notaran la ausencia de alguno de ellos, y más excitados aún a la vez por ello, se bajaron los pantalones a toda prisa, mientras se comían la boca:
<< "Quiero comerte las tetas desde que te vi, me pones a mil, nena, solo pienso en ellas, noche y día, noche y día, Joder, me va a reventar el capullo, ¡ven aquí!" ,- le gritó suavemente mientras la volteaba por la cintura para ponerla con el culo en pompa, empujándola contra la máquina del rincón más oscuro del office.>>
Ella obedecía entre suspiros calientes para encenderlo más, apartando las bragas para que entrara en su vulva, que llevaban empapadas de su néctar desde que lo vio aparecer en el umbral del único restaurante temporalmente cerrado al público en el hotel.