17 jun 2009

Excusadme...

¡¡Eeeoooo!! ¡Yuuuujuuuu! Cualquier día (igual es hoy, mientras lees esto), piensas en mandarme al pairo, por ser tan vagaza para actualizar, dejando el pezonismo aparcao, como quien deja de fumar...es decir: con una ansiedad del carajo por ver que dejas ,y dejas...,y deeeejaaas pasar días en que no pones nada a parir en el blog. Aumentas la presión del coco hasta la de una olla de garbanzos. No es por exquisita ni por egocéntrica (faltaba más!) XP Es por mi puñetera indecisión: No te decides entre tanta mierda. A saber lo de las últimas semanitas... La pseudocampaña euroelectoral mediática, que gane el PP, que si los brotes verdes, que si la operación unión que ha destapado el cotarro que se repartía el pastel en Lanzarote, que si Oreja Mayor ve peor el aborto que la pedofilia...bueno, ¡qué les voy yo a contar!. Nah, que menudo trabajito de ojos me espera para ponerme mínimamente al día en lo de todos ustedes, seguro que cosa fina. Y también (un poquito, jooo!)...ha sido porque estoy en pleno proceso reflexivo. Tengo que trabajar la prevención del absentismo escolar en un municipio, dentro un plan de acción social muy ambicioso. Es algo muy complicado de explicar aquí y además, nadie me ha autorizado para ello , pero todas las aportaciones o el debate que podamos establecer con vuestras opiniones sobre el tema, me pueden ser útiles, así que os lo traslado, aún a sabiendas del morro que le echo. Recuerdo muchas ocasiones en las que vuestra perspectiva ha sido constructiva...Una fue ésta... Necesito otro punto de vista para compensar un pensamiento: A veces pienso que la lucidez no es cordura ni sensatez... A veces pienso que el mundo que les toca y los adultos que les rodeamos, cada uno con nuestras responsabilidades, les incitamos a la autodestrucción, ninguneando su personalidad con continuos y rutinarios malos ejemplos. Si nosotros no somos perfectos, ellos, que están probando cosas para saber quiénes son, tampoco han de serlo. Devolvámosles lo que es justo: la confianza en que tienen un sentido crítico chispeante, anulado por el ejemplo que nosotros hemos dado con nuestra voracidad especulativa. Cristina me ha dado lecciones muchas veces en su vida...hoy me las sigue dando. Qué orgullosa me siento de algunas cosas...de otras, cuando desconfié, no tanto...

 Ya no tengo excusa.