Una y otra vez, continuamente terminar el día con esa insatisfacción.
Por las noches, acostada en el lecho de su mundo particular y rebuscando en la mente historias que contar y anécdotas que relatar, lo primero en lo que pensaba era en la jornada recién terminada. En la faena, de la casa y del curro. Un bucle, un ciclo, siempre ese sentido rutinario de la vida del asalariado, con los horarios programados por un cuadrante de tiempos laborales, de descanso entre medias y días libres. En ese sector del carajo, otra vez.
Paciencia...
<<Pude ver lugares bonitos♪♫
Pude imaginarlos contigo♪♫♪ >>
Recuento de semanas.
Faltan setenta y siete días para abrir de nuevo, a ver qué pasa. Ahora el lucro está congelado, en los más fieles que saben del trayecto, de la necesaria autoprotección. Pero un año como terapia de choque es un periodo de tiempo más que suficiente para el entrenamiento. Como con los alérgenos, es igual. Restringir exposición totalmente. Y obviamente uno de los efectos es que te acostumbras a buscar trazas y a prescindir de ellos.
Analogías pasadas y venideras, que ayudan a sortear las trabas. Una experiencia anterior, similar por algún factor que se repite. Darle un par de vueltas y aplicar la misma solución al nuevo conflicto. Ensayo y error. Aprendizaje.
<<Come miga de pan y bebe agua, para pasar la espina de la sardina...>>
Mirando a las mambitas crecer ve el tiempo irse, también.
<<Las trabas del pelo que ya no usan y las que volverán a usar en breve, cuando con la edad del pavo empiecen a arreglarse para gustar y ligar, en las primeras y arriesgadas exposiciones de su corazón a las relaciones amorosas. A vivir, a nadar, pececillos.>>
Y Ella, Momo, Reina de la historieta, en espera. Expectante y sola. Tranquila y sola, peligrosamente sereno es este estado, cómodo, aunque frío por las noches, piensa.
Cómoda y libre...
Amada a diario, colmada en eso.
Cómoda y libre. De llevar a su cama a quien quiera que le apetezca, si hay reciprocidad.
Traba que quiere a uno en su cama que le daría muchos dolores de cabeza...
¿Otra vez? Noooooo.