19 ago 2022

Una chica como ella en un sitio como ese.

Más tiempo sin ti que contigo. Más de un cuarto de vida fuera de la aldea natal. 

Hay un claro de luna en el bosque, se está conformando con resplandecer, no hay más nada que otro tipo de luz, distinta a la del entorno, que aporta un matiz nuevo. 

Ahí vas, sentando las bases en las nuevas relaciones personales que se den en el camino. Poniendo contexto a las conductas disruptivas, explicando los porqués, la causa de la mecha que prende, cómo funcionan tus emociones difíciles de gestionar. Primero para ti, luego para el resto. Dejar cristalino ese dato concreto: 

<<Más putas las paso yo, güey, déjate de hostias, aunque yo no supiera que soy insoportable, ya os encargáis de hacérmelo sentir continuamente>>.

Ronda el pensamiento de que muchas veces las personas a las que no agradas se encargan de joder las relaciones que sí te aportan mucho y bien con otra gente con la que congenias fácil. Y así llegas hasta Él. Te has sorprendido sopesando un nuevo trabajo para que no sea incompatible conocerle mejor. Más. Que te lo quieres follar, vamos. Y mientras trabajéis juntos en ese antro de mierda, ni de puta coña. Porque sabes que antes de empezar, si es que la posibilidad surgiera, ya estaría abocado a terminar muy mal. Pero que mucho. En trauma y por cuestiones ajenas a los dos. La intuición no falla en este caso porque tú te entregas, por superficial que piensen quienes no entienden lo que es la capacidad de amar con esa intensidad a más de una persona. Y con la entrega del alma leal va en el pack la fiereza de la leona que defiende al objeto de su deseo. 

Tal y como se desarrollan los acontecimientos llegando al cuarto mes, si se diera un error de esa magnitud, volarían los puñales. Está cantado. Y también, tras este tiempo transcurrido, que apenas has discutido con él un par de veces. La primera fue una bobería. Pero la última ha sido bastante más seria, porque hay más implicados. De nuevo esto se relaciona con tu resiliencia. Cuatro meses en un antro infecto...

Algo te retiene. Por supuesto lo primero es la búsqueda incansable de estabilidad de ingresos para proporcionar bienestar y cubrir las necesidades de las mambitas.

Pero cuatro meses son también idóneos como experiencia cualificada en el currículo que te abre nuevas puertas y te facilita salir por otras.

Ese influjo existe, desubicada. Está ahí. Algo te retiene porque además es verdad que conoces personas interesantes a menudo y estableces relaciones pasajeras con huéspedes encantadores, que repiten café y te dejan cariñosas notas cuando se despiden. Y propinas.


<<Pero que lo mandarías a la mierda todo, si no fuera porque alguien tiene un poder remoto sobre tu freno, sirena varada de Ribera del Duero...>>