Bandazos emocionales a -18ºC.
Cada vez más lenta la dinámica del fluido que bombea este corazón viejo y ajado, con su apariencia externa jovial y apetitosa de nuevo, como cuando eran veinte.
Engaño cruel y feroz del máximo amigo buscado y encontrado. Mal hallado.
"Mi vida debería ser de dulce", frase pronunciada en un momento de máxima confusión y desamparo. Pensar que era la mochila y ver que no. Que me he entregado a la melancolía, buscando los brazos difuntos de la desesperación no superada.
Y no era eso. Es traición y cobardía, tradición y orgullo, corsé y mantilla. Estate quieta. Las cosas son así y vienen dadas.
No.
Todo está oscuro. Se hace de día y la traición sigue mirándome a hurtadillas, mientras la materia se ha detenido.
Desayuno veneno, las mañanas han vuelto a ser refugio de vampiros y noto la entraña chillando de dentro, llamándome estúpida, para ver si me acojona. Y yo mirando al horizonte sin ver nada.
Hielo.