4 dic 2019

Despejado.

El mar como un plato; bruma fina en el horizonte, pero no opaca, no amarillea en el límite en que se une con el azul profundo del océano. No hay calima, pasó el temporal. Se llevó vidas, otra vez. Somos tan frágiles, insignificantes y efímeros en este Cosmos vivo, y a la vez cuánto dolor genera cada una de esas pérdidas. En sus cariños, en la senda de todos, buscando verdad y justicia. Reparación no hay, a eso.

Dormir y soñar. Eso estabas haciendo estos días, en los que las pasaste putas por la nueva adaptación a otra ayuda química externa, pero ha tenido su eficaz y beneficioso efecto. Si sueñas estás más centrada y lúcida. Dicho de manera vaga, sueñas porque al menos has dormido la cantidad suficiente para ello, así funcionas. Luego sueñas porque duermes.

Te sueña, sueñas.

Te has dado cuenta de que no quieres arriesgar. No arriesgues.
Esta vez será diferente porque se entendieron rápido y fácil. Fácil y súbita prendió la mecha del deseo y ninguno sabía a dónde les llevaría aquello, en el inicio.

"Todas las erosiones del universo no podrán borrar esos momentos que ya les hacen sonreir con un pensamiento, que sobrevuela esperando el turno en la cola de caja del súper de la esquina..."

- Señora... ¡que si quiere bolsa...!

-...



Ha llegado el invierno pero hace un calor tierno, suave.
Es por dentro de mi que ha quedado la brasa.
El rescoldo tranquilo que esperará a su soplido para chisporrotear. Yo lo protejo. Esperando el momento de entendernos sin exaltación, aprendiendo de lo masticado, poniendo en práctica la curiosidad sensual que busca todos los huecos que quedaron ocultos. Pensar en mi cabello como la crin de la 'rapa das bestas' en aquel viaje, de cuando fui feliz antaño y entender que no quedé marcada...

Despacio, a fuego lento.

Despejado el pensamiento.

Las fechas venideras son la prueba de fuego.

Amar y resistir. Resistir y doler. "A los ciegos no le gustan los sordos".

A ralentí el motor, es un largo trayecto; "un corazón no se endurece porque sí"