7 ago 2021

Ser tu eterno error.

 Hay más. Habrá más.

Platos fríos.

En Canarias el potaje contundente, con grasa de a más de 800m sobre el nivel del mar, no se estila.
Por indigesto.

<<Las Peñas del Chache, al Norte de la isla, están a 600m de altitud, lo máximo a lo que puedes subir; aunque las crestas del Sur, Los Ajaches, se alzaron a más de 4000m en otra era geológica del archipiélago. Fueron picos más altos que el Teide actualmente.>>

Porque si no preguntas, no sabes. Hace tiempo que aprendí eso. Un pajarito de Internet me lo contó.
Y no preguntaba porque no quería saber.

<< Eso te delató. La reacción de celos de lo del día de mi cumpleaños, también. La despedida, también. Todo te delató. Que pusiera yo los límites a bebernos el dolor del otro, por miedo de la asimetría. Yo dejaba a mi pareja de 18 años, aunque no fuera por ti. Tú ni por asomo te planteabas algo así. Ni yo lo pedía, en ningún momento lo hice. Más bien al contrario, quise poner límites a las cosas muy pronto. Y resultó que, cuando más tarde te hice partícipe de mi vida cotidiana, de mis mambitas… ahí no lo soportaste, bien que lo sé. Sé que de algún modo eso precipitó el final, la carga de tu conciencia. Pero siempre quedará la Carta Magna.>>

 Todo le delató y todo confundió más a Momo, que estaba, en estas, a punto de salir del cascarón...

Esos seis meses de escondite imperdonable, que además resultaron ser un año, en realidad, son lo que habrá él de peregrinar. Un plan, una estrategia para que comprenda la angustia. De no saber nada. Que empatice en sus carnes con la crueldad practicada de vuelta. Para llegar al equilibrio, para que la Justicia con mayúsculas no sea una vulgar venganza. Porque no entiende lo que ha hecho, sigue sin entenderlo, para él es un juego de miraditas en el antro.

Llegado ha el momento, por descubrirse ya, al dar el portazo, como consciente y confeso de tener a Momo ubicada, leída y vista, en el antro de los pajaritos. Seguidor, poco o mucho, de los pasos que ella da. Quizá temeroso o tal vez nada. Pero descubierto, desde luego, de manera clara.

Y tras de eso, los siguientes pasos de baile. Entre cuya coreografía destacarán los que le lleven a esconderse.

Que comience el reloj a medir, pues, sea dado la vuelta y que caigan los granos de arena, los minutos, las horas, los días, los meses... Hasta todo un año. En la oscuridad. Sin saber qué dirá ni dónde andará Momo. Si está bien o no aquella persona con la que pasó una noche nada más en su vida. 

¿Y cuál fue el error? ¿La noche pasada?

¿O tal vez la manera de querer borrarla?



"Habrá de buscar, cuando la ansiedad de la ausencia se agarre a su alma, entre estas páginas.

Y para entonces ya no estará, o quedarán muy pocas escamas. No será la misma persona. Porque muda de piel a menudo."