6 jul 2022

Volutas. Memorias de Momo (XVI).

 Y se enciende la memoria lejana de una nítida imagen. Su silueta con las piernas cruzadas sentada fumando.

Asociadas a personas, con sus estilos y marcas favoritas. Fanáticos del cáncer de pulmón o laringe de calidad...

Bastante imbécil, sí. No cabe duda de que el halo de glamour que hay quien todavía le da al asunto es una estupidez monumental. Pero qué se yo. La mala educación, y eso...

Aunque la buena educación, esa que reciben los niños pijos bien que siempre tienen sonrisa profidén, consiste en tener siempre buenas falsas palabras que abren puertas, piernas y culos mucho más fácil que con la mala hostia agustiniana. Ahora, que no te vengan con que esa hijoputez jesuítica de sonreír para conseguir lo que quieres y tras de ello pirarte cagándote en el funcionario o poniéndolo verde con los coleguis en la cafetería de al lado, que no te digan que eso es inteligencia emocional, porque es lo contrario. Es regodearte en la mentira y en lo truhan que eres para conseguir lo que se te ponga en mente. Es mierda pura de buena palabra elitista y del cohecho. Es el problema, la gracia y el salero, por encima de la honestidad. Como que fuera incompatible, pero sin serlo. 

<<Narcisismo made in Spain>>

Eso de que la gente sincera que va a la cara se vea con desagrado, hoy en día y cuando menos aún se va de frente con el uso de la red online, con la excusa del "nadie te ha pedido tu opinión", desviando la cuestión de responder a lo que te dicen, como si el problema es que das tu opinión sobre el corte de pelo no solicitada a un fulano. Se trata de algo muy distinto: de decir la verdad cuando te preguntan algo o de no callarla, si la sabes. De ampararte en el rigor de lo que sabes con la humildad de reconocer lo que no.

Te llamarán maleducada, por responder lo que piensas de verdad sobre algo que te han preguntado. Y educada será la que se calle que ha visto un abuso, la que no alce la voz ni arme follones, buen rollo, buen rollo...

<<♪♫♪Cold case love♪♫♪>>

A veces. Aún regresa el insomnio y trae murmullos de canciones. Ya no va a verlo. A leer sus andanzas. Hace muchos meses ya, es un hecho que está superado. Pero añora algunas cosas. Que incluso estando enojadísima, colérica, podía cambiar al instante su estado de ánimo provocando su sonrisa. 

Porque entre volutas de humo Gran Mamba exhibe una faz amable y relajada. Te mira madre ahora a ti con ternura. Que has entendido que esa añoranza de las sonrisas es el memorial definitivo. 

Hay que vivir. El humo puede ser endiabladamente persistente.

Pero se disipará.


<<Igual que nuestras vidas expirarán, mi amor, algún día llegará el fin de nuestros alejados caminos. Y quizá ni lo sepamos, del otre. >>