6 ene 2020

Evolucionando.


<<La noche que rompe la copa vendiendo ilusiones, dejándote retazos de sueños por los rincones...>>


Volviendo atrás. A nuestras conversaciones sobre el antro. No es por tu causa pero he vuelto allí con intención de coma etílico. Predispuesta a desprenderme de todas las capas, en simulada entrega a los vampiros, ofreciendo mi cuello y mi cuerpo. Dispuesta a la perversión.
No sé qué hago exactamente, salvo dejarme llevar por el instinto animal suicida de alguien a quien nada importa ya porque lo que importaba, mi amor propio, se ha quedado colgado en el limbo. No sé ya si me interesa salvar a alguien de la quema o, al contrario, añadir más queroseno y unirme a las llamas.
De nuevo he establecido vínculos con lugareños recién descubiertos y me jode sobremanera hacerlo, pero la realidad es que ahora me apetece desaparecer de ahí. Quitarme de en medio y que sólo aparezcan los post programados para publicar.
Yo no estoy enganchada, no tengo ese problema. Tengo otros, soy adicta a otras drogas. Pero sí tengo que superar la cuestión de entrar ahí a hacer amigos que luego no podrás fácilmente sacar de allí mismo a otro lugar. Abomino tanto del antro, aunque haya conocido allí al hombre de mi vida y sin que para ello tenga nada que ver el hecho de haber fracasado con esa relación, pues la sacamos pronto de ahí, que me he empeñado en conocer cómo funciona, pues es bueno, imprescindible en esta vida, diría, conocer tanto a los enemigos como a los lugares funestos que frecuentan, para entender en la medida de lo posible lo que pasa por sus cabezas pensantes.
Por eso lo que sufro es el mono ajeno, demasiadas veces ya. De mis amigos. El rato momentáneo de lucidez en mitad del pedo, en el que dices "vámonos para casa, cogemos un taxi" pero se queda en eso, en una primera intención. Que finalmente es superada por otras dos o tres "penúltimas" copas que harán que en el siguiente rato de lucidez de tu amiga estés sujetando la frente mientras pota por intoxicación etílica. Exceso de sustancias. Ese rato en el que la que va a cocacolas oye la misma cantinela de siempre "qué putas ME LAS HA HECHO PASAR el alcohol", como que la botella de ron tuviera patas y te persiguiera incansable hasta que la viertes 'on the rocks'
...

Así es la cuadrilla, tus amigos en el antro. Y tú la plasta que estás harta de escuchar sus lloros cuando te cogen por banda en el reservado, en un aparte, donde te cuentan que les gusta más el garito de al lado o estar al aire libre. Luego se les pasa el amarillo y vuelven al corro de la pista a bailar "Mambo number five" con el resto. Hasta la próxima pota. Propia o del primo del colega de aquél otro colega que le ha tocado el turno de la papa.
Todos "¡viva el vino!" hasta que se enganchan un buen pedo, entonces ahí es que el vino estaba picado, y eso. No que el vino emborrache, no.

No que la red social de turno sea ese bocata tortilla en mal estado de la trola que contabais a mami, que os sentó mal estando de fiesta (y que es que el garito es un bar guarro, qué paciencia...) cuando empezabas a vomitar de la cogorza tras llegar a casa. Sé de un tabernero que a poco acaba a hostias por el típico padre gilipollas que le fue a criticar la tortilla, delante de la clientela, porque su niña es muy buena y no dice mentiras.
Siempre ha sido recurso de padres autoritarios y mediocres, el echar la culpa al empedrado de no conocer ni una miajita a sus churumbeles.




Por lo tanto esa peña menos me va a conocer a mi, con sus juicios de valor sobre mis tetas o mi culo o mi exhibicionismo.
Ya exhibí lo verdaderamente importante de mí y lo han apaleado, pisado y triturado.

No, yo no soy transparente, soy legal y voy en cueros.

Ahora la evolución es que no sepan cómo llegar a mí. No mostrar nada de lo que él vio, esa es la meta.

[...] ...pero nena, tu risa es la magia de los 'rockanroles', tatuada llevo la marca de tus aguijones>>


ÁNGEL DE LOS PERDEDORES | TREN DE FUGITIVOS | EL SOLDADO 1997