7 ene 2020

Carta Dos.


Me prometí que mientras no viera indicios claros de que has visto la carta Uno no habría Dos. Pero después he pensado que quizá accediendo desde el móvil o si tardas días en hacerlo, si es que lo haces, a estas cartas selladas con contraseña, se te iba a quedar abajo la entrada y quizá no la vieras...
Se queda abajo porque estoy realmente mal. Jodida. Y es cuando no puedo parar de escribir. Creo que lo sabes. Pero el efecto es que, con tanta actualización, las cartas secretas que te quiero hacer llegar se pierden en los días que corre el calendario, desde que no estás.
Tengo una duda que me asalta. Cómo me gustaría que dieras señales de vida sin tener que ser yo la que lance un SOS o te desbloquee en WA para romper yo este silencio. No te he dicho ni feliz año ni nada, aunque sabes que te lo deseo de verdad. Otra cosa es que me agarre al clavo ardiendo de que el año acaba de empezar... que puedo soñar al menos que parte de esa felicidad, aunque fuera por unos días que no lleguen ni a semana, la compartirás conmigo.
No puedo estar sin ti, esa es la verdad. Pienso una y otra vez en si quizá dijiste que ella te comprendía porque le dijiste algo sobre lo nuestro.
No quiero opinar de ella ni de ustedes dos; pero sí quiero que sepas y te lo voy a repetir mil veces y las que haga falta: no fue honesto porque no es una persona honesta. Sigue a día de hoy creyendo que puede recuperar la relación, ayer por la noche tuvimos una discusión porque tenía programada ya la vasectomía en el hospital y no había anulado la cita. ¿Me puedes decir qué significa eso junto con que no se va de mi casa y me provoca y me llama loca a cada tres frases que dice? No lo puedo soportar, pienso que has cerrado la puerta y yo lo he aceptado sin estar lo suficientemente fuerte para hacerlo frente...
También pienso que te cansaste de que la situación te afectara o que... ¡NO! ¡basta! Dijiste definir las cosas, y que querías salvar la relación con ella. No escribo ya más, meto la contraseña y lo subo.