18 dic 2020

Al rojo.

 De la pasión o de la ira desbocadas.

Un buen día las proscribes, en tu camino. A la primera porque te incomoda recordar que existe, que tú la conoces muy bien pero que hace tiempo no la frecuentas. A la segunda porque con cierta periodicidad puede resultar hasta atractiva en no pocas personalidades, (me acuerdo de los "¡A la mierda!" tanto de Fernán Gómez como de Labordeta e incluso el de "Puta España" de Rubianes y qué grandes todos ellos), siempre y cuando la periodicidad no aumente mucho la frecuencia, En ese caso los amargados nos sabremos tales porque nos lo dirán. Y hiere, dependiendo de quién venga, además. porque habrá personas cercanas que lo dirán tomando distancia "prudencial", no verbalizando, como los otros que te importan un carajo. Esas que saben porque les has contado ya los motivos de tu ira o estado.

Pero esa otra, digo: la ira que provoca el enfado pero lleva al calentón sexual, esas bajas pasiones, ese otro estímulo que prende también en mí. Acabo de descubrirlo hace relativamente poco. Siempre había asociado el sexo lúdico, o que más a mí me gusta, con la chispa del humor.  La ternura y el deseo junto con las risas en el top de mis gustos vainilla. Pero divorciarse, soltarse la melena y conocer a otras personas sexualmente, -cosa que me he negado a mí misma por creer no necesitarlo durante mucho tiempo, con mi ex,- trae como consecuencia liberar a la bestia. Y mis apetencias hoy son mucho más amplias y variadas que hace dos años, cuando estaba haciendo aguas mi matrimonio.

Mi ex es divertidísimo, tiene talento para el humor, inteligente, con buena conversación, guapo y buen tío, de hecho es alguien que me despertaba infinita ternura. Aparentemente todo. Para ese modelo de fantasía blanco, en mi cabeza.
Hoy es el día que veo ahí el problema. Que acostumbrados a reírnos tanto juntos, pero hasta el punto de que con nadie me he reído como con el padre de las mambitas, le he pasado muchas de tolerarle a su familia que, injustamente, yo tolero menos mil en la mía. No les consiento una mala palabra de él ni aún hoy. Yo tengo legitimidad, ellos cero. Pero, como decía, cuando llegaron los verdaderos problemas y el rojo, y el desbordamiento, y la mala salud, las risas dejaron de sonar. Y sin risas se murió nuestro deseo sexual detrás. Así de drástico y de trágico.

No tuvimos en ningún momento, (al menos a mí ni se me pasó por la cabeza, eso lo tengo claro, pero la comunicación fallaba ya hacía tanto tiempo, que no sé ni si a él se le pasaría) la pulsión de transformar las broncas en reconciliaciones follando. Nosotros éramos más de reconciliarnos primero y follar después. La cuestión, hablando de mí en primera persona, es que ahora claramente hay muchas otras cosas, aparte de las risas que me estimulan en una pareja sexual.

Nada es excluyente, pero sí soy muy escéptica en cuanto a encontrar todo en una persona, el amante que se consideraría perfecto. Me hace sentir bien, de toda esta evolución, recuperar mi desinhibición, que estaba sepultada tras un montón de inseguridades y miedos. 

He llegado a pensar que mi vida no podía ser de otra manera. Que me lo tenía merecido, acabar a la inversa de mis planes de juventud. Enclaustrada en mi casa y tutelada por todos.

Me he mirado al espejo muchas veces con desesperación, por los cambios abruptos, por no ser fuerte para que no me importara mi físico o no me afectaran los comentarios insensibles.
Hoy lo he logrado, de momento, otra vez. Porque llegan mis años de declive, como a todo el mundo le llegan, antes o después. Pero me siento segura de mí misma y resulta que ha sido haciendo lo contrario de lo que le predicaba a mi hermana, sin ir más lejos. Ella, al igual que yo con mamá, me ha enseñado muchas cosas a mí, no solamente yo a ella.
El despelote me ha traído la sorpresa de gustar mucho más de lo que yo creía posible y eso me ha ayudado a darme cuenta de la obviedad (de nuevo, ya digo que volvieron o nacieron complejos que no tenía desde los diecinueve años): habrá a quien le repugnes siempre y habrá otra gente a la que le gustes mucho.
Tu vida no se acabó en él. En aquellas palabras que fueron matando tu amor y tu deseo. En todos aquellos posos educacionales que teníais y a los que no dabais importancia años atrás. Con la crianza eso fue la Casa Stark contra la Lannister. Y no hay más. Choque de misiles y unas maneras de crecer en familia absolutamente dispares. Quedaron sepultadas las ganas de seducir, llegó incluso el rechazo...

Pero no es él el único que te puede querer. No digamos ya desear.

El rojo sigue prendiendo, tu corazón y tu sexo vibran aún y mucho.

-.2019, el año del rojo pasión, de luz roja de burdel. 

Sí aprendí mucho de Nadie. Me refugio como nunca en la música, aunque siempre lo he hecho. Cuando los impulsos que no controlo traen después el gris de las nubes, me curo, me sumerjo, nado en un océano de músicas que son bálsamo para mi dolor. Igual me pasa con el blog, claro, que lo retomé por él y aunque hoy despierten ternura esas ensoñaciones en las que me recreé mandando cartas a un Nadie basado en Él, pero que no podía ser Él, simplemente porque Nadie es todos. Es una amalgama de hombres que me hicieron la mujer que soy. Hoy echo la vista atrás y leo las cartas XII y XIII y veo el lirismo, que no sabría decir si brotó de sentimientos reales. Sé que estaba destrozada desde septiembre, aunque en junio ya vi que no me amaba, a pesar del espejismo de julio y la vuelta a la pasión y a estar presente en mis días felices. Pero septiembre fue un mes terrible, para mí.

Las cartas y todo lo que trajeron asociado, de la necesaria continuidad y la prolijidad textual que hacía tanto tiempo no tenía ya, como bloguera. Y descubrir que era lo que necesitaba. Para sanar.
Y para hablar de ese rojo. Ese color de mi vida.



"Algún día será esta vida hermosa y me someto por ello a tu voluntad"

"Donde hay dolor, habrá canciones"